El Herpes Zóster es también conocido como Culebrilla. Corresponde a la reactivación del virus de la Varicela-Zóster. Es frecuente en personas mayores, aunque puede ocurrir en cualquier persona que haya padecido Varicela. Se caracteriza por múltiples vesículas que comprometen una única región del cuerpo, siguiendo el trayecto nervioso (dermatomo). Suele ser muy doloroso incluso una vez superadas las lesiones cutáneas.
Se desconoce la causa por la que el Virus Varicela-Zóster se reactiva desde el ganglio sensitivo donde quedó latente hasta la piel. Es más frecuente en pacientes con más de 50-60 años, tras traumatismos, tratamientos inmunosupresores, corticoides o radioterapia. La reactivación del virus entre los niños está asociada al haber padecido la Varicela durante el primer año de vida.
El cuadro del Herpes Zóster se inicia con unos dolores de tipo neurítico (como descarga eléctrica, calambre o sensación de ardor) en la piel afectada. Las lesiones cutáneas suelen aparecer entre 2 y 7 días después. Se forman grupos de vesículas de contenido claro sobre placas eritematosas que se distribuyen de forma unilateral siguiendo un dermatomo (dando lugar a una placa que asemeja una culebra en el tronco, de ahí su nombre de Culebrilla). Las zonas más afectadas son las áreas del tórax. Las vesículas se convierten en pústulas a los 3 días y en costras a los 10, que se desprenden en 2-3 semanas. Puede haber adenomegalias regionales (ganglios) dolorosas. La erupción suele ser más fuerte y persistente en ancianos y en pacientes inmunodeprimidos.
Si el Herpes Zóster aparece en la cara puede afectar producir sordera neurosensitiva (herpes ótico), parálisis facial y afectación oftálmica (Herpes Ocular)
Una vez se han resuelto las lesiones cutáneas puede persistir un dolor de tipo neurálgico (neuralgia postherpética).
El contenido líquido de las vesículas o ampollas es contagioso para alguien que no haya tenido la Varicela.
El tratamiento de Herpes Zóster para antivírico sistémico se recomienda en pacientes inmunocomprometidos, y en inmunocompetentes con complicaciones oftálmicas y edad superior a los 65 años. El tratamiento antivírico debe iniciarse, si es posible en las primeras 72 horas desde la aparición de las vesículas.
Para el tratamiento de la neuralgia postherpética se utilizan diversos analgésicos combinados o no con antidepresivos o con anticonvulsionantes. Tópicamente podemos aplicar una crema con lidocaína al 5% o la capsaicina tópica.
Dado que el Herpes Zóster es una reactivación de la Varicela es imposible prevenir su reactivación. Si que debemos evitar el contagio de la Varicela en aquellas personas que no se han contagiado y recomendando la vacuna del virus de la Varicela Zóster
Estas definiciones pueden ayudar a identificar enfermedades o patologías pero nunca deben tomarse como herramienta de autodiagnóstico. Recomendamos encarecidamente consultar a un especialista si creen identificar alguna enfermedad, patología o cualquier duda que le pueda surgir al respecto.