La Rosácea es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel caracterizada por la aparición de eritema (rojez difusa), telangiectasias (venitas dilatadas), pápulas y pústulas (granos) en la nariz y mejillas. Afecta sobre todo a mujeres con piel clara entre los 30 y 50 años de edad.

La Rosácea es una enfermedad de origen desconocido, aunque se piensa que la causa sea probablemente multifactorial, con una serie de factores que pueden influir en mayor o menor medida en el desarrollo de la misma. Dichos factores serían:

  • Factor vascular. Se observa más Rosácea en pacientes que tienden a ruborizarse con facilidad.
  • Factor ambiental. El daño solar crónico.
  • Factor genético. Parece haber una predisposición genética ya que hasta un 40% de los pacientes tiene algún familiar afecto.
  • Factor infeccioso. El papel del Demodex folliculorum y Demodex brevis es discutido, parece haber una mayor densidad y una localización extrafolicular del parásito en pacientes con Rosácea.
  • Medicamentos. Los corticoides tópicos, amiodarona y vitamina B6 y B12 inducen lesiones rosaceiformes.
  • Factores irritantes: Alimentos (yogur, queso, alcohol sobre todo el vino tinto, bebidas calientes, comidas picantes, etc.), factores ambientales (estrés, ansiedad), climáticos (sol, viento, frío, humedad), ejercicio físico, productos cosméticos y fármacos (especialmente los que contengan alcohol), factores relacionados con el estado de salud (menopausia, tos crónica) e irritantes (ácido ascórbico, acetona, alcanfor, etc.).

La rosácea se manifiesta de diferentes formas en función del estadio en el que se encuentra el paciente. En fases iniciales, los pacientes refieren enrojecimiento facial ( a veces brusco y súbito) desencadenado por cambios bruscos de temperatura, picantes, bebidas alcohólicas. Este fenómeno se conoce como “flushing” facial. La repetición a lo largo de los años de estos episoidos de “flushing” provoca que la piel se torne de una tonalidad rojiza permanente, que ya no desaparece. Es lo que se conoce como cuperosis.

En los estadios más evolucionados de la Rosácea, pueden aparecer granitos parecidos a los del acné, llamados pústulas. En estadios muy avanzados aparecen deformidades nasales (nariz bulbosa muy aumentada) que llamamos rinofima.

A pesar de ser una enfermedad puramente cutánea, puede afectar también a los ojos y producir molestias como enrojecimiento, inflamación, sensación de cuerpo extraño. Es lo que se conoce como Rosácea Ocular.

El tratamiento dependerá del estadio clínico del paciente. Es muy importante y común, sea cual sea el estadio, evitar la exposición solar y usar cremas con filtro de protección solar elevado.

Las fases leves de Rosácea se tratan con productos tópicos pero si aparecen lesiones inflamatorias pustulosas (granos) se añaden antibióticos orales e incluso derivados de la vitamina A (isotretinoína) como en el acné.

Para el tratamiento de la cuperosis o enrojecimiento facial, así como de las telangiectasias o arañas vasculares es de primera elección la laserterapia o la luz intensa pulsada.

  • La única medida preventiva es evitar la exposición solar, usar cremas con filtro de protección solar medio-alto y evitar otros desencadenantes como bebidas alcohólicas (vino tinto), cambios bruscos de temperatura, picantes y la mayoría de factores irritantes descritos con anterioridad.

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Estas definiciones pueden ayudar a identificar enfermedades o patologías pero nunca deben tomarse como herramienta de autodiagnóstico. Recomendamos encarecidamente consultar a un especialista si creen identificar alguna enfermedad, patología o cualquier duda que le pueda surgir al respecto.